El triatleta mallorquín Mario Mola conquistó el sábado su segundo campeonato del mundo de triatlón, al finalizar tercero en la prueba celebrada en Rotterdam (Holanda).
Una tercera posición en la gran final de las World Triathlon Series que se disputó este sábado en Rotterdam, fue suficiente para que de forma matemática Mario Mola se proclamase campeón del mundo de triatlón de 2017. El mallorquín revalida de este modo el título que ya conquistó en 2016 y se consolida como el triatleta más regular del mundo, habiendo obtenido este año cuatro victorias en diferentes pruebas del circuito y demostrando máxima combatividad tanto en distancia sprint como olímpica.
“Suena muy bien escuchar que soy campeón del mundo de nuevo” confesó sonriente al acabar. “Sabía que hoy tenía mis opciones de lograrlo gracias a los puntos que llevaba sumados. Estaba en buenas condiciones para conseguir el título, al igual que ya sucedió hace un año, y lo hice”.
En esta ocasión el transcurso de la carrera, que se disputó sobre distancia olímpica, se fue sucediendo según el plan ideal que Mola había trazado. Era básico: no quedar descolgado del primer grupo ciclista tras la primera transición, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de buenos rivales que podrían escaparse en él. A pesar de que en un primer momento no pudo estar en los puestos de cabeza, a lo que se sumó la circunstancia de un circuito muy estrecho y lleno de curvas que no facilitaban una persecución, finalmente a falta de 25 km para el fin del tramo ciclista ya todos los favoritos, incluido Mario, rodaban en el primer grupo. “No fue una carrera fácil, pero me sentí bien en el agua y luego fui capaz de rodar junto al primer grupo” explicaba al acabar.
Todo se iba a decidir en el tramo a pie donde además de la carrera en sí que se disputaba, eran varios los triatletas que en su cabeza tenían bien claras qué posiciones debían ocupar para poder estar en el pódium final del mundial. Mario dependía de sí mismo y una quinta posición final le bastaba para llevarse el título.
Un gran arranque tras la segunda transición enseguida colocó las cartas sobre la mesa con un fuerte ritmo y control impuesto desde el principio por el británico Jonathan Brownlee, el español Javier Gomez Noya, el francés Vincent Luis y el noruego Kristian Blummenfelt, a los que Mola no dejó escapar en ningún momento siendo ellos cinco los que finalmente se colocaron en cabeza de carrera a falta de 7 km para la línea de meta. El juego táctico estaba en juego, propiciado, además, por la distancia que ese quinteto iba sacando al perseguidor en solitario que venía por detrás, el siempre peligroso surafricano Richard Murray, que fue en esta ocasión incapaz de conectar con los líderes. Los cinco hombres de referencia se mantuvieron en grupo hasta que Brownlee empezó a perder ritmo y quedó relegado a varios metros de distancia. Mola tenía aún más asegurada su victoria en el mundial pero quedaba cruzar la línea de meta. La carrera se decidió finalmente ya dentro del último kilómetro con un fuerte ataque de Luis – que acabó ganando la prueba-, que solo pudo seguir Blummenfelt al tiempo que Mola superaba a Gómez Noya y se aseguraba la tercera posición y un título que le sitúa, de nuevo, como uno de los grandes deportistas españoles de la actualidad.