Judit Rolo fue una de las nadadoras españolas que vieron su trabajo recompensado en el pasado Campeonato Europeo de Natación Adaptada en Dublín. Varias medallas que la impulsan a seguir trabajando dado que, como ella misma dice, “quien algo quiere algo le cuesta”. De su carrera como nadadora destaca sobre todo el apoyo de su familia, de su entrenador, José Luis Guadalupe y de su compañera y amiga Michelle Alonso, otra de las nadadoras élite de la selección española de natación paralímpica. Comenzó a nadar por salud, y ahora asegura que, tras un parón debido al cansancio hace un tiempo, “la mejor decisión que pudo tomar” en su vida fue volver al agua.
- En primer lugar, muchas felicidades por los buenos resultados conseguidos en Dublín. De todas las medallas que has conseguido en este campeonato, ¿cuál es la más especial para ti?
Gracias por las felicitaciones, en primer lugar. Y bueno, de las medallas que he conseguido, yo pienso que cada una de ellas es especial, porque cada una de ellas ha sido un gran esfuerzo, ha costado conseguirlas, y la verdad que de cada una me quedo con un cachito especial. Por ejemplo la del relevo pues es un trabajo en equipo y siempre digo que es muy divertido porque disfrutas de la adrenalina junto a todo el equipo y es como una explosión de diversión y competitividad, pero en plan sano. Luego la de mariposa, me quedo con ella porque estuvo muy reñida contra la alemana y me encanta nadar a mariposa, de hecho siento, como ya he dicho en ocasiones, como si me salieran alitas, y es en plan seguir y seguir hasta llegar a la pared. Y la del 200 estilos pues también es especial porque no me la esperaba para nada. Fue una carrera bastante difícil, hay que aguantar mucho y la verdad es que lo dicho, me quedo con las tres porque las tres son muy especiales para mí.
- ¿Cómo has vivido todos estos días de competición?
Han sido largos, difíciles, pero luego tienes la recompensa de los resultados obtenidos, y no hablo en el hecho de conseguir medallas, sino de sentir que todo el trabajo que has hecho, pues al final sueltas todo lo que llevas dentro de la piscina. Y lo he vivido también acompañada y feliz con mi compañera Michelle, y los demás compañeros de la selección y con mi entrenador Guada que gracias a ellos esto se hace más ameno y es mucho más divertido y feliz. Y la verdad es que muy bien. Los días de competición han sido duros pero divertidos, he podido también visitar Dublín y la verdad que me ha gustado. Muy lluvioso, la verdad, pero bueno.
- ¿Cómo fue la preparación para el Europeo?
Fue larga. Durante un año hemos estado preparándonos duramente y con muchas dobles sesiones, aparte del trabajo de gimnasio, entrenando de lunes a sábado, con una dieta específica, una suplementación y más o menos se sobrelleva. Es difícil pero lo que digo, si no fuera por los familiares, el entrenador y los compañeros, en este caso con la que más entreno, que es con Michelle, que es aparte de mi compañera de equipo, mejor amiga, pues se hace más llevadero y también con mi entrenador. Es un equipo, si falla uno, fallamos todos, nos apoyamos los unos a los otros y gracias a eso la preparación ha sido difícil pero amena.
- Si tuvieras que resumir este campeonato de Dublín en una palabra, ¿cuál sería?
Buena pregunta. Yo diría que emocionante. No solo por el hecho de que estás compitiendo tú, sino ves a los demás competir, a tu equipo, a los otros países como por ejemplo, me he enamorado del himno nacional de Italia, es precioso, de hecho me ponía a cantar junto con Michelle. Y la palabra es emoción, por todas las que vives; de nervios, diversión, tristeza, porque también a veces te dan bajones, de la emoción, de no saber qué va a pasar… No sé, emoción, mucha emoción.
- En comparación con temporadas anteriores, ¿cómo te ves a ti misma?
Estoy contenta por los resultados, no tanto con las marcas, porque estoy un poco lejos de las marcas que tenía en Río de Janeiro, por ejemplo, sobre todo en la mariposa, pero bueno, eso no me hace decaer, me dan más ganas de luchar y seguir adelante, y prepararme aún más si es posible. Ojalá lo consiga, y si no para eso estamos; seguir y seguir entrenando.
- Cuéntanos cómo empezaste a nadar y cómo has llegado al nivel tan alto en el que estás hoy.
Esto es gracioso, porque para nada pensé que a lo largo de mi vida acabaría en esto. Para nada. Yo de pequeña nadaba porque el médico se lo recomendó a mi madre por si yo algún día me hacía una operación de alargamiento de huesos, por lo de mi discapacidad, mi hipocondroplasia. Pues el médico siempre le recomendaba a mi madre que practicara algún deporte, y en este caso el más sano y más completo era la natación. Y desde los tres años más o menos estuve nadando, para estar en buena forma porque es una operación muy difícil y tienes que estar en buena salud. Qué pasó, que al final no quise hacerme la operación y dejé de hacer deporte y engordé muchísimo. Así que con veinte años, gracias a mi madre, volví a animarme, empecé a nadar, y fue cuando mi entrenador actual, Guada, me encontró, le gustó como nadé, se acercó a mí y me habló de este mundo y que si quería probar con ellos y comencé y así poco a poco comencé a enamorarme de este mundillo. Me gustó mucho, y poco a poco, quien quiere algo, algo le cuesta, empecé a entrenar, empecé día y tarde a entrenar con Michelle, veía lo que era capaz de lograr y al final acabé en todo esto. Cómo llegué a este nivel tan alto lo dicho, nadie regala nada, entrenar, entrenar y entrenar todos los días, tenemos muchas privaciones. Por ejemplo, muchos de mis amigos quieren salir de fiesta un sábado, yo no puedo. Tengo que estar entrenando y descansando para el día siguiente dar todo lo que mi cuerpo pueda en el siguiente entreno. Pero al final todo es un balance de recompensa y felicidad, es un orgullo.
- El entrenamiento de un nadador de alto nivel es exigente. ¿En algún momento de tu carrera como nadadora has sentido que debías parar por cansancio o saturación?
Sí. De hecho hubo un año que dejé de nadar porque sentía que no podía más, no estaba motivada, me desanimé, y en un año entero no toqué la piscina. Sí practicaba deporte, pero para nada toqué la piscina. No sé, fue una situación de saturación, de que no podía más con ella, pero después al final volví porque me volvieron a convencer, y creo que es la mejor decisión que he tomado en mi vida porque el deporte es lo mejor que puede practicar uno. Y cuando tengo algún momento de saturación, o me he sentido excesivamente cansada, pues está la familia para ayudarte psicológicamente, está el entrenador, que es una parte muy importante de esto. También los compañeros de equipo, pero en especial nombro a mi amiga Michelle, porque es como una balanza. Y un puzle también. Nos apoyamos, si falta una pieza, el otro falla, por así decirlo. Con todos esos apoyos y subidas de ánimo están ellos, para estar allí, y no sé, gracias a ellos se hace más ameno.
- ¿Dónde y cómo te ves en cinco años?
No sabría decirte. Yo espero ahora mismo intentar conseguir las mínimas para el siguiente mundial, que será el año que viene en Malasia, y luego en 2020 intentar ir a las Paralimpiadas de Tokio, que eso ya es un sueño, pero sueño, sobre todo ir con Michelle, que me encantaría, porque somos unas frikis del anime y del manga y de toda la cultura japonesa. Y bueno, dentro de cinco años, seguro que practicando deporte, no sé si profesionalmente, no lo sé, todo habrá que verlo, porque hay que pensar más bien en el día a día, pero seguro estaré practicando deporte. No te digo profesionalmente, pero sí para mantenerme y para sentirme bien de salud tanto física como psicológica.