El 2017 no pasará desapercibido en la trayectoria profesional de Damián Quintero. El malagueño, actual número 1 del ranking mundial, se convirtió en mayo en el mejor karateca de la historia en la modalidad de katas. Fue el primer español, y el único hasta ahora, que ha conseguido ese logro histórico para el karate nacional. Damián ya se está preparando para la primera cita del 2018, el Abierto de París, que tendrá lugar entre el 26 y 28 de enero. En esta entrevista conocemos un poco más de cerca a este gran deportista internacional:
- ¿Qué te hizo decantarte por el kárate?
La verdad es que fue un poco de casualidad, porque también me gustaban otros deportes cuando era niño, pero enfrente de mi casa, en Torremolinos (donde viven actualmente mis papás), había un gimnasio de karate y mis padres pensaron que sería bueno para mí. Era un niño muy hiperactivo y con el karate aprendes mucha disciplina y autocontrol. Ahora veo que no se equivocaron en la elección. A mí me gustó desde el primer día que pisé el dojo (así llamamos los karatecas al lugar en el que se practica karate).
- ¿Cómo llegaste a compaginar una carrera tan compleja como la ingeniería aeronáutica con tu faceta como deportista profesional?
La verdad es que fue duro, pero como la ingeniería me gustaba (aparte de que mis padres siempre me insistieron en la importancia de los estudios) y el karate también, y como soy muy cabezón, estuve unos años que me dedicaba a estudiar, a entrenar y a competir. ¡No tenía otra vida! Tuve que sacrificar muchas cosas: ver menos a mi familia, no salir de fiesta con los amigos… ¡Pero el esfuerzo y el sacrificio dieron su recompensa!
Después de acabar la carrera, estuve un tiempo compaginando mi trabajo en una empresa de Ingeniería Aeronáutica con la competición de alto nivel, pero hubo un momento en el que me planteé que tenía que elegir. A pesar de que en el trabajo siempre me facilitaron las cosas (asistir a concentraciones, competir, etcétera), llevaba una vida muy ajetreada. ¡Mucho estrés! Además, con la inclusión del karate como deporte olímpico, me planteé dedicarme a él de manera profesional, así que pedí una excedencia en mi trabajo y ahora me dedico exclusivamente a entrenar y a competir. ¡Ése es ahora mi trabajo!
- ¿Qué se siente al ser valorado como el mejor karateca de la historia?
La verdad es que fue una sorpresa cuando actualizaron el ranking de la Federación Mundial y me dijeron que estaba en primera posición. Cuando ves que obtienes resultados, que estás arriba, y que de repente eres el mejor… Es cuando te das cuenta de que todo el sacrificio y el esfuerzo que llevo realizando durante tantos años han merecido la pena.
- ¿Cuántas horas dedicas al entrenamiento?
Un mínimo de cinco horas al día. Sin entrenamiento, sin planificación, sin preparación, no hay resultados. La suerte no existe; la clave es entrenar, entrenar y entrenar.
- Terminas un año con innumerables títulos, ¿cómo valoras este 2017?
Ha sido un año muy bueno. Sobre todo porque me fijé tres objetivos y he conseguido cuatro. A comienzos de 2017 quería revalidar mi título como campeón de Europa, subir al pódium en los World Games y mantenerme como número 1 del mundo. Los tres objetivos los logré y, además, he conseguido ganar la Liga Mundial por tercer año consecutivo. ¡Un gran año, sin duda!
- ¿Te imaginaste algún día llegar al número uno del ranking mundial?
¡Hombre, es algo con lo que sueñas, pero tanto como imaginártelo…! De todas formas, ya he comentado antes que soy muy cabezón y era algo que estaba entre mis objetivos desde que comencé a competir, y cuando te ves ahí, en lo más alto, dices: ¡Lo conseguí! Yo creo que si luchas por un sueño y confías en ti, al final puedes alcanzarlo.
- ¿Cuál es la clave para conseguirlo?
Trabajar duro, entrenar, sacrificar muchas cosas (no puedes hacer lo que hacen otros jóvenes de tu edad que no se dedican a la alta competición), ser constante, un poco ambicioso, ser consciente de tus capacidades, confiar en ti y luchar por ello.
- Ser deportista profesional requiere una exigencia plena, ¿cómo se compagina ese nivel de trabajo con la vida personal?
¡Pues muy mal, la verdad! Fíjate que yo vivo en Madrid (en la Residencia ‘Joaquín Blume’ del Consejo Superior de Deportes), mis papás en Málaga, mi chica en Asturias… La suerte que tengo es que mis padres me siguen a muchas competiciones, vienen de vez en cuando a verme y mi chica también. Cuando comienza la temporada yo tengo muy poco margen para moverme de Madrid… aun así, ¡siempre que puedo, hago alguna escapada!
- ¿Cuánto tiempo sueles pasar fuera de casa durante el año?
¡Uff! No sabría decirte, pero en cuanto empezamos a competir en enero, cada 15 días más o menos salgo a competir. Si a eso le sumas las concentraciones, los seminarios que imparto en diferentes sitios (dentro y fuera de España)… ¡Yo creo que vivo más fuera de Madrid que en Madrid! ¡A veces vengo de un viaje y ya estoy haciendo las maletas para el siguiente! Lo que te digo… quizás más de la mitad del tiempo estoy fuera de casa.
- Tu mayor objetivo ahora es Tokio 2020, ¿cómo se preparan unas Olimpiadas con tanto tiempo de antelación?
En mi caso, antes incluso de que declarasen el karate como deporte olímpico (que fue justo antes de los Juegos de Río), como era casi seguro, yo ya empecé a planificar en mi mente lo que tenía que hacer si quería llegar a Tokio. De hecho, pedí la excedencia en el trabajo para dedicarme en exclusiva a entrenar y a competir; decidí dejar de ser el capitán del equipo de katas para centrarme en mi carrera en solitario; y me rodeé de un buen equipo (preparador físico, representante, departamento de prensa, community manager, etcétera) para que mi mente sólo esté en lo que tiene que estar. Entrenar y competir.
- Hasta ahora, ¿cuál es el momento más emocionante que recuerdas a nivel deportivo?
Recuerdo con especial cariño el oro de los Juegos de Bakú, porque eran como una versión reducida de Juegos Olímpicos (creo que el karate era entonces el único deporte no olímpico que participaba) y porque mi medalla fue la primera de la delegación española. Ese pódium fue muy especial.
- Con un 2017 histórico, ¿cómo te planteas el 2018, crees que es posible superarlo?
¡Ojalá! Este año hay muchos retos por delante y a partir del verano comenzará la clasificación para Tokio. Al menos, espero mantener lo que he conseguido este año.