La segunda victoria de Yeray Durán en la Ultra de la Tenerife Bluetrail no estuvo exenta de sufrimiento. El corredor grancanario considera que volver al primer puesto de la carrera no fue fácil, pero que a nivel personal fue satisfactorio después de una preparación que necesitaba dedicación y constancia. Destaca de la Bluetrail la belleza del recorrido y el ambiente, además de haberse sentido muy arropado por su familia, que le esperaba en los avituallamientos.
• Fuiste la imagen de esta Cajamar Tenerife Bluetrail 2018 y finalmente conseguiste proclamarte vencedor en la modalidad reina por segundo año consecutivo. ¿Qué supone para ti revalidar el título en una carrera como esta?
A nivel personal, si ya el año pasado era un reto estar en lo más alto de la Bluetrail, pues repetir triunfo era otro reto porque la Ultra no es nada fácil. Hay que gestionar muy bien la carrera durante muchas horas. Entonces estar en lo más alto y volver otra vez a compartir con el pueblo tinerfeño, esa segunda victoria consecutiva fue algo a nivel personal muy satisfactorio. No siempre se pueden conseguir los objetivos y eso hace que el reto sea más grande.
• ¿Qué destacarías de una carrera como la Bluetrail?
A destacar el ambiente vivido durante todas las horas del pueblo, y el entorno que tiene Tenerife con el recorrido. Subir al pico más alto de España, el cambio de clima y terreno hace súper atractivo para un corredor este tipo de pruebas.
• La preparación de una carrera de más de cien kilómetros como esta requiere mucha dedicación. ¿Cómo fueron los entrenamientos de Yeray Durán?
El preparar una Ultra de 100 km lleva dedicación y constancia. Es acumular entrenos, kilómetros y adaptación. Depende de la prueba que sea, gestionar los diferentes terrenos o cosas que te puedes encontrar, la noche, el desnivel, terreno técnico o si es una carrera de largas bajadas o de mucho correr, al final entrenar o simular ese entreno, pero tienes que ir acumulando entrenamientos y llegar lo más entero a la propia carrera para no tener grandes inconvenientes.
• Ese fin de semana pudimos vivir un bonito duelo con Sangé Sherpa, ¿qué crees que te hizo finalmente vencedor de la prueba?
Creo que entre Sherpa y yo el duelo hizo más espectacular la prueba para los medios de comunicación, el seguimiento de la prueba en sí para el pueblo de Tenerife tanto como la gente que nos seguía por redes o por medios de comunicación. Fue algo muy bonito, y la única diferencia fue que al final yo llegué más entero. Él tenía muchas ganas de volver a triunfar en Tenerife, y estuvo atacando toda la noche, yo al final no iba tan bien de estómago, pero al final yo tenía buenas piernas para correr y corría un poquito más rápido que él. Eso él lo vio claro desde los últimos 35 km, y sabía que había que llegar al final, nunca está todo ganado hasta que se cruza la meta. Pero sí en la última parte cuando lo pasé, él llevaba un ritmo un poco más lento y yo podía ir un poco más rápido. Al final así son las carreras y hay que gestionar muchas cosas. Él se desgastó más por la noche y al final es un poco de estrategia.
• ¿Qué estrategia llevabas planteada para afrontar esos 102 km de la mejor manera?
Comer durante la noche bien, beber, y saber que la parte de Vilaflor, Rambleta y Recibo Quemado eran fundamentales. Estás corriendo mucho tiempo en altura y la altura consume y desgasta mucho, ya haces un esfuerzo mayor a tener en cuenta esa parte para poder tener piernas en la última parte final. Es verdad que la estrategia al final no me salió tan bien, porque llevaba problemas estomacales, pero tenía claro que esa parte era crucial. La cuestión es intentar gestionarla lo mejor posible.
• ¿El momento más duro de toda la prueba?
Para mí la parte más dura fue la subida a La Rambleta, desde el Parador, dos horas y algo que estuvimos subiendo, eran las horas de amanecer, hacía mucho frío y esa parte ya es considerable la altitud, el desgaste es mayor, y el no poder comer hizo endurecer ese tramo. Al final lo pude pasar y llegar a la otra vertiente de la montaña, ya más calor, en pleno día, el cuerpo funcionaba un poco mejor.
• Comentaste que ver a tu familia en los avituallamientos fue un plus de motivación y te impulsó a seguir adelante con más fuerzas, ¿cómo valoras ese apoyo en momento tan importantes?
Al final el que mi familia me estuviera siguiendo les hizo partícipes de esta victoria, y el verlos tan implicados en el seguimiento, o el poder estar en algún avituallamiento, hizo que fuera una motivación extra y un plus. Al final uno tiene que correr, pero es verdad que unos ánimos, unas palabras de alegría o un apoyo son muy importantes para mí.
• No era el primer año y por eso ya sabías a lo que te enfrentabas, ¿cómo te preparas mentalmente para una ultra como esta?
Este año ya sabía la dureza del año anterior, lo que había sufrido, y al final es un hándicap poder venirte abajo, pero también puede haber un beneficio al saber dónde vas a sufrir más o menos. Pero como al final todas las ultras no son diferentes, tu estrategia tiene que ser saber sufrir y una de las cosas que queríamos practicar este año era darle la vuelta a esos malos momentos, aprender a gestionarlos lo mejor posible, para conseguir salir de ellos lo antes posible y volver a sentirme bien.. Al final es una estrategia general pero, sabiendo el recorrido, creo que es una estrategia que influye positivamente.
• La Ultra Trail de Montblanc se encuentra entre tus objetivos de esta temporada. ¿Cómo valoras tu actuación en la Bluetrail si te la tomas como un test previo a esa competición?
La Bluetrail por la dureza y el recorrido era un test para la UTMB, está claro con menos km, le faltarían unos sesenta y pico, que ya es decir, pero era un test físico saber que todavía quedan dos meses de entrenamiento, recuperar bien de la Blue, descansar un poco, hacer un pequeño parón para cargar pilas. También probábamos algo de alimentación, no sabemos porque si era un fallo de la estrategia o que el cuerpo no funciona tan bien como otros, y seguir trabajando. Pero la Blue saca unas conclusiones muy positivas.