Víctor M. González, deportista y entrenador profesional, comenzó en el mundo del triatlón hace ya catorce años. Desde entonces, no ha parado de afrontar retos increíbles, como el Ironman de Lanzarote o el de Hawái. Asegura que la constancia, el trabajo y tener una mente sana, son factores fundamentales en este deporte. El próximo fin de semana estará en La Graciosa para disfrutar y luchar por volver a subirse al podio en el Desafío Octava Isla.
- ¿Cuándo comenzaste en el mundo del triatlón y qué te motivó a ello?
Fue en enero del 2004, ¡hace ya 14 años! Vengo de la natación semiprofesional y llegó un momento en el que la piscina se me quedaba pequeña. Una serie de circunstancias hicieron que me animara a probar el triatlón y me inscribí en el Club Triatlón Pisuerga de Valladolid – Tripi, famosos por su vestimenta rosa. Había visto alguna prueba por televisión y la opción de seguir practicando un deporte exigente y nuevos retos me dieron el empujón definitivo para iniciarme como triatleta.
- ¿Qué crees que es lo más complicado de este deporte?
La constancia. Al tratarse de un deporte multidisciplinar, si quieres rendir, dominar “medianamente” cada disciplina o afrontar retos ambiciosos, como participar en un Ironman, necesitas implicar muchas horas en entrenar y perfeccionar todas y cada una de las disciplinas. No te puedes permitir muchos días de descanso y mucho menos caer enfermo o lesionarte. Pero obviamente, todo depende del nivel al que quieras rendir o el objetivo que quieras afrontar.
- Eres triatleta y además entrenador profesional, ¿con qué te sientes más realizado?
Actualmente las dos me dan un equilibrio perfecto, se complementan entre ellas. Entreno lo mejor que puedo cada día, la mayoría de las veces acompañado por muchos de mis “pupilos”. Gracias a los sponsors y a mi trabajo como entrenador, puedo viajar a competir fuera, muy regularmente acompañado de mis chicos. No puedo imaginarme ahora mismo mi vida sin ser triatleta y entrenador en ese equilibrio mágico.
- ¿Qué cualidades crees que debe tener un triatleta para llegar lejos?
Que sea trabajador, que se esfuerce en todos los aspectos del entrenamiento y de la recuperación. Que se exprima, que luche y se sacrifique. Además, que sea cuidadoso; que cuide su cuerpo y su mente tan bien como cuida su bicicleta o zapatillas. Y por último, que tenga la cabeza muy bien amueblada. He visto muchos deportistas en todos estos años con unas cualidades innatas para hacer deporte, y por no tener las ideas claras o bien enfocadas, perder la oportunidad de llegar a lograr cosas realmente importantes. Ganar puede ser posible, pero mantenerse arriba es lo complicado.
- ¿Cuál es la prueba más dura en la que has participado hasta ahora?
Siempre recordaré como la más dura en la que he participado, la travesía del Círculo Polar en Laponia, (Finlandia). La Napappirri Hiitto, 100 Km sin paradas con esquís de fondo, donde fui el primer español en participar y acabar. Quedé 8º de entre 200 participantes, tras más de 8h esquiando a -20ºc / -15º c y sin dejar de nevar; fue realmente dura.
- ¿Cómo valoras el Desafío Octava Isla?
Es una de mis pruebas favoritas, por no decir la que más, y eso que es con mountainbike, disciplina que no domino mucho. El Desafío lo tiene absolutamente todo. Dos días, dos pruebas completamente diferentes, precios asequibles para todos, muy buena organización, enclave paradisiaco, y la excusa perfecta para pasar un fin de semana con mis chicos haciendo deporte. ¿Qué más se puede pedir?
- ¿Qué esperas de esta nueva edición, irás a por todas para intentar subirte al podio de nuevo?
Siempre compito con el objetivo de dar la mejor versión de mí mismo en ese momento y pasármelo bien. Los pódiums o victorias son circunstanciales, a veces compites muy bien; pero había unos cuantos más rápidos que tu y te quedas fuera de las posiciones de cabeza. Otras veces no compites tan bien; pero no había muchos triatletas más rápido que tú y cazas un pódium o una victoria. Siempre gusta ganar, pero no es el objetivo final.
- Después del Desafío Octava Isla, ¿ya sabes cuál será tu próximo destino?
Si, tengo un calendario súper completo este año. Me gusta correr todo lo que hay en Lanzarote, me siento como en casa. El Tri 122, el Nutricross, OceanLava, Volcano, Ironman, Lanzarote Open Water, Copa de Aguas Abiertas, etc. Cuanto más compito, más mejoro mi nivel. Me gusta competir y sentirme competitivo. El objetivo final será el Campeonato del Mundo de 70.3 en Sudáfrica en Septiembre.
- Tienes un proyecto que se llama “Todo por un sueño”, ¿en qué consiste?
“Todo por un Sueño” nació en Valladolid en el año 2011. Simplemente era una frase de ánimos, escrita en el cuadro de mi bicicleta. En ese momento me acababa de inscribir en mi primer Ironman, el de Lanzarote, donde conseguí una plaza directa al Campeonato del Mundo en Hawái. “Todo por un Sueño” pasó de ser una frase de ánimos a convertirse en un gran proyecto; el lema se hizo eco en todos los medios de comunicación tanto locales como internacionales. En Hawái tuve la suerte de conocer y compartir estancia con Víctor Del Corral, un laureado triatleta profesional que me abrió las puertas de su mundo deportivo. Me contrató como entrenador de natación, así que al volver de Hawái hice las maletas y me trasladé a Lanzarote, donde empecé a desarrollar la parte laboral de “Todo por un Sueño”, con entrenamientos presenciales de natación y planificaciones online. Desde entonces ha crecido y evolucionado hasta convertirse en una plataforma de entrenamientos fuerte y de calidad en la que confían cientos de clientes. Invito a todos a que nos visiten en www.todoporunsueño.com.
-Y en tu caso, ¿tienes algún sueño por cumplir a nivel deportivo?
El tren de las olimpiadas se me pasó siendo nadador, aun habiendo estado en la selección española en todas las categorías y ganándolo todo. Como buceador fui campeón de España, de Europa y del Mundo, con récord mundial incluido (Sant Petesburgo – Rusia 2009). Aquel día, cuando subí al pódium, como campeón del mundo, la medalla al cuello, toda la piscina en pie y escuchando el himno de España…creo que cerré un ciclo. Lo había conseguido todo. Obviamente cada año tengo objetivos y ambiciones nuevas; siempre quieres mejorar y hacerlo mejor; pero no hay que obsesionarse, tan sólo disfrutar del camino. Creo que estoy viviendo mi propio sueño desde hace años, y eso me hace muy feliz.